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Resumen: En los seres vivos que poblamos la Tierra, todos los aminoácidos que están presentes en las proteínas son de la forma L, mientras que la ribosa y la desoxirribosa, los azúcares que forman parte del esqueleto de los ácidos ribonucleicos, el ARN y el ADN respectivamente, son de la forma D. ¿Cuál es el origen de la quiralidad en las biomoléculas, es decir en las moléculas de la vida? ¿Porqué seleccionó la naturaleza a los L-aminoácidos y a los D-azúcares?.

A mediados del siglo XIX, Pasteur postuló la existencia de una "fuerza disimétrica" en la naturaleza, que da lugar a una tendencia intrínseca y permanente por una quiralidad específica en todas las moléculas del Universo, de modo que debe existir una diferencia energética fundamental entre enantiómeros. En este contexto, en 1956 se observó que el decaimiento b de los núcleos atómicos viola el principio de paridad; es decir, este proceso no ocurre con la misma probabilidad que su imagen en el espejo.

Alternativamente, la homoquiralidad en los sistemas bioquímicos se ha explicado en términos de fenómenos que alteraron accidentalmente la relación 50:50 de los enantiómeros posibles en aminoácidos y azúcares, conduciendo eventualmente al predominio observado de las formas L y D, respectivamente.
En este contexto, algunos descubrimientos recientes apoyan la teoría de que la homoquiralidad de las biomoléculas esenciales se originó en eventos extraterrestres.

Se ha encontrado que los excesos enantioméricos producidos por la luz circularmente polarizada en moléculas quirales tales como los aminoácidos (como los detectados en el meteorito de Murchison) son generalmente muy pequeños, por lo que la naturaleza requirió necesariamente de mecanismos químicos para incrementar la pureza enantiomérica de las biomoléculas relevantes. En este sentido, la autocatálisis asimétrica puede dar lugar a una amplificación de la quiralidad.

Semblanza: Nació en la ciudad de Querétaro (México) en 1950. Estudió la licenciatura en Ciencias Químicas en el Instituto Tecnológico de Monterrey (con el Dr. Xorge Domínguez) y el doctorado en Química en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (con el Dr. Ernest Eliel). Después de una estancia posdoctoral en la Universidad de California en Berkeley (con el Dr. Andrew Streitwieser) regresó a México en 1979 como profesor-investigador en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. En diciembre de 2009 fue nombrado Profesor Emérito. Ha sido profesor visitante en el Politécnico (ETH) de Zurich, Suiza (1985-1986 y 1992-1993, con el Dr. Dieter Seebach) y en la Universidad de California en Berkeley (1999-2000) y en la Universidad Técnica de Aachen (RWTH-Aachen), Alemania (2013). En 1998 le fue otorgado el Premio Nacional de Ciencias y Artes, y en el 2006 ingresó en El Colegio Nacional, lo que constituye el reconocimiento académico más importante en México.