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Estudiantes e investigadores del INAOE observan una estrella que está a punto de estallar

  • El sistema T Coronae Borealis (T CrB) se ubica en la constelación de la Corona Boreal, a más de tres mil años luz de la Tierra.
  • El fenómeno ha sigo registrado en la literatura desde hace siglos.
  • A partir de los datos, los astrofísicos prevén que el sistema estallará en el  mes de septiembre.
  • El proyecto es liderado por estudiantes de maestría del INAOE y en él participan también investigadoras e investigadores.
  • Para estudiar la nova se utilizan instrumentos del OAGH.

Santa María Tonantzintla, Puebla, a 13 de agosto de 2024. Estudiantes de maestría del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), centro coordinado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), trabajan con diferentes instrumentos del Observatorio Astrofísico Guillermo Haro (OAGH), para estudiar una “nueva” estrella en el cielo: una nova, conocida con el nombre T Coronae Borealis (T CrB) ubicada en la constelación de la Corona Boreal, a más de tres mil años luz de la Tierra.

El equipo de trabajo está liderado por las y los estudiantes de la maestría en Astrofísica del INAOE de la generación 2023 con asesoría de investigadores de la Coordinación de Astrofísica. Las y los estudiantes nos explicaron en qué consiste este proyecto.

La palabra nova significa “nueva” en latín. ¿Cómo conocen los astrofísicos anticipadamente dónde va a aparecer una nueva estrella? Carlos Uriel Ríos García explicó que una nova es el estallido de una estrella conocida, pero débil para poder ver a simple vista. Lo que tiene de particular la nova que vamos a observar, subrayó, es que es un sistema de dos estrellas integrado por una gigante roja y una enana blanca que orbitan entre sí. Esta última está en sus últimas etapas y le está robando material a la gigante roja: “Una vez que le roba suficiente material se produce un estallido en la superficie de esta enana blanca”.

Equipo de observación. Foto: archivo INAOE.

Por su parte, Elitia Juárez Marín comentó que este fenómeno ha sido consignado en la literatura desde el año 1200 aproximadamente, aunque los registros más precisos del evento datan de 1866 y 1946: “A partir de estos datos se prevé que cada 80 años explote la nova. Desde 1946 ya pasaron los 80 años y se espera que este fenómeno se observe en septiembre”, puntualizó.

A su vez, Diana Paola López Pérez informó que para observar la nova están utilizando tres instrumentos del OAGH: el espectrógrafo Boller & Chivens, la Cámara Directa, que trabaja en el óptico, y la Cámara del Infrarrojo Cercano de Cananea (CANICA), “que nos ayudará a observar en el infrarrojo”.

Madai Martínez Burelo refirió que las observaciones se realizan de modo remoto y que en la primera noche de observación con la Cámara Directa ya pudieron observar el sistema. Por cuestiones climatológicas aún no han podido utilizar el espectrógrafo pero trabajan en su calibración para continuar con la observación. “El trabajo previo concluye con las calibraciones. Vamos a estar observando durante tres meses aproximadamente con una periodicidad semanal”.

Kevin Martínez Vieyra subrayó que en el momento de la explosión la estrella se podrá ver a simple vista, pero como los instrumentos del OAGH que captan las imágenes no están  diseñados para observar objetos tan brillantes, la opción será emplear el espectrógrafo Boller & Chivens para poder entender cómo se dan los cambios en las líneas de emisión de los diferentes elementos químicos en la estrella.

Jair Vega Méndez agregó que el objetivo de utilizar diferentes instrumentos en las fechas antes del anticipado estallido es para poder formar las curvas de luz que permitan delimitar mejor la fecha en la cual se dará el estallido de la nova con una ventana más reducida de tiempo.

Aspecto de los trabajos de observación. Foto: cortesía Dr. Divakara Mayya.

Finalmente, Sebastián Terreros Martínez explicó que darle seguimiento a esta nova permite entender los procesos de acumulación de materia que conducen a la explosión cada 80 años. Notificó que en este proyecto participa toda la generación 2023 de la maestría, integrada por siete estudiantes. “Gracias al doctor Daniel Rosa nos hemos unido. Ésta es una buena oportunidad para seguir formándonos profesionalmente y para aprender a trabajar en equipo. La ciencia moderna depende de las colaboraciones”.

El investigador de la Coordinación de Astrofísica y uno de los participantes en el proyecto, el doctor Divakara Mayya, destacó que este proyecto observacional fue aprobado por un Comité de Asignación de Tiempo (CAT) quien evalúa todas las propuestas de observaciones que reciben de manera semestral de los   astrónomos de distintos institutos en México.  Este proyecto se diferencia de otras solicitudes ya que usualmente las y los usuarios solicitan tiempo una vez al mes, pero en este caso se necesita darle seguimiento durante varias semanas.

Finalmente, el también investigador de la Coordinación de Astrofísica y otro de los miembros del equipo científico, doctor Daniel Rosa González, destacó que los siete estudiantes son muy participativos y que siguen trabajando con la misma ilusión del principio.

Además de los doctores Mayya y Rosa, también participan en el equipo Alberto Carramiñana, Gustavo Escobedo, Itziar Aretxaga, José Ramón Valdés, Luis Carrasco y Olga Vega.

Para mayor información consultar https://sites.google.com/view/nova-t-coronae-borealis/nova-t-coronae-borealis

Última actualización:
13-08-2024 a las 13:04 por Guadalupe Rivera Loy

 

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